* En la presentación del libro “Oaxaca te invita”, promovida por la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca, afirmó Adriana Aguilar que “Oaxaca nos invita siempre a probarla, con mucho gusto”.

* “A partir del segundo bocado todo es delicia, las expectativas han sido cubiertas y rebasadas, los míticos saberes de la cocina tradicional oaxaqueña han ganado un admirador más”, destacó.

Al igual que su madre Martina Escobar Montero, fundadora del Restaurante Catedral, Adriana Aguilar Escobar honra la tradición familiar de preservar la riqueza gastronómica de Oaxaca.

En la presentación del libro “Oaxaca te invita”, promovida por la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca, afirmó convencida que “Oaxaca nos invita siempre a probarla, con mucho gusto”.

El libro da a conocer la propuesta gastronómica de diez distinguidos restaurantes de Oaxaca, saludo a mis compañeros y amigos de Levadura de Olla, Catedral de Oaxaca y Tierra del Sol.

Zandunga Sabor Istmeño, Chepiche Café, Las Quince Letras, Tlayudas el Negro, Entre Leños, Café Brújula, Tierra Antigua, todos empresarios comprometidos con el desarrollo de nuestra ciudad.

La ex secretaria de Cultura, aseguró que “quienes tenemos el privilegio de haber nacido, crecido y vivimos en Oaxaca, estamos acostumbrados, hasta cierto punto, a la delicia de nuestra cocina”.

“Y digo hasta cierto punto porque el descubrimiento de nuevas sensaciones nos sigue sorprendiendo todo el tiempo”, puntualizó la licenciada en Administración de Empresas Turísticas.

La egresada de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), señaló que precisamente si alguna cualidad indiscutible tiene nuestra cocina oaxaqueña, es la cualidad del asombro.

Lo sorprendente se asoma a través de sabores únicos, sabores que hemos creado a través de generaciones enteras aquí, en esta tierra, dijo ante sus padres, Martina Escobar y Edgardo Aguilar.

“A propósito del libro, “Oaxaca te invita”, que hoy nos convoca, subrayó, pienso en las sensaciones que provoca en las personas que nos visitan y que se sientan a nuestra mesa por primera vez”.

Distinguió, primeramente, la expectativa, ante diversos invitados especiales. Los comensales tienen referencias de nuestra gastronomía, saben que es una de las más reconocidas del mundo.

Entienden la profundidad de este patrimonio intangible, pero todavía no la han probado. Esperan, entre desafiantes y curiosos, a que el plato llegue a su mesa, expresó ante el cronista Jorge Bueno.

“Cuando les sirven, empiezan a suceder varias cosas. Una mirada que escudriña todo, distinguiendo colores y texturas que no conocían”, refirió ante la escritora Ruth García-Lago.

Los aromas también hacen lo suyo y el olfato, cauteloso, intenta descifrar aquello que tienen enfrente, agregó ante Gualberta Rodríguez, dirigente de la Asociación de Hoteles y Moteles.

Viene el gran momento, el encuentro, resaltó Adriana Aguilar ante el fotógrafo Jorge Martínez “JOMS”. Con el primer bocado en el cubierto, la duda y la ansiedad conviven al mismo tiempo.

“Cuando la comida está en la boca y los sabores empiezan a recorrer el sistema nervioso, hay una pausa de algunos segundos en los que su cerebro intenta descifrar qué es eso que está pasando”.

Hay algo desconocido ahí, que mezcla lo dulce, lo salado, lo picoso, el sabor del mole está haciendo efecto y… finalmente, como siempre, lo logra, manifestó en el Hotel Quinta Real.

“Sin abrir la boca, masticando todavía, se distingue una sonrisa en la persona, aprieta el paladar, cierra los ojos y disfruta todo aquello con fruición, con auténtico goce que comparte con los demás en la mesa”.

“A partir del segundo bocado todo es delicia, las expectativas han sido cubiertas y rebasadas, los míticos saberes de la cocina tradicional oaxaqueña han ganado un admirador más”, destacó.

“Ser testigo de todo aquello es un gusto enorme y me hace pensar en la enorme responsabilidad que tenemos los restaurantes de esta ciudad de enaltecer nuestro patrimonio a partir de nuestra labor diaria que es, encantar a nuestros comensales”.

Destacó el trabajo de la Asociación de Hoteles y Moteles que realiza una labor incansable en la promoción de la ciudad que todos queremos, un destino único que posee un patrimonio excepcional.

Este libro, sin duda, logrará inspirar a muchas personas más a vivir la experiencia de conocer Oaxaca, concluyó emocionada Adriana Aguilar Escobar, heredera del legado culinario de su madre.

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